Add parallel Print Page Options

Fui, pues, al Éufrates y cavé, tomé el cinturón del lugar donde lo había escondido, y resultó que el cinturón estaba podrido; no servía para nada.

Entonces vino a mí la palabra del Señor: «Así dice el Señor: “De la misma manera haré que se pudra la soberbia(A) de Judá y la gran soberbia de Jerusalén.

Read full chapter